lunes, 5 de marzo de 2018

Como abadejo decanto



(Escrito el 23 de diciembre de 2017)
Esta expresión que utilizo como título de la reflexión de hoy, la quiero comparar a lo estrecho que es el camino por dónde queremos andar, cuando es muy difícil guardar el equilibrio.

Los resultados de las elecciones catalanas, nos llevan a pensar que la cosa está difícil, que estamos igual que antes, que poco se ha aclarado, etc etc. Por lo poco que he escuchado, el Gobierno a través de su Presidente está dispuesto a dialogar siempre dentro del marco legal y Puigdemont, que de momento sigue en su escapada, reclama que quiere hablar pero sin rayas rojas y de todo lo que le venga en gana y como quiera. ¡Difícil planteamiento para dialogar y mucho menos para entenderse!

En una reflexión que Celedonio hacía el pasado 2 de noviembre, decía que en la campaña electoral, había que tener cuidado con lo que se decía, que había que plantear cosas sensatas y posibles y que los Partidos debían de pensar en el día después.

Yo no escuché todo lo que dijeron, ni me interesé por la misma, pero tanto machacar alguna cosa aunque no quieras te llega. Creo que escuché al aspirante del PSOE dos cosas que ni me gustaron, ni creo que les motivara a los posibles votantes. Una era que Rajoy lo que tenía que hacer era sacar a los que estaban en la cárcel y otra que el Gobierno Español, lo que debía de hacer es perdonar la deuda que tiene Cataluña con él. No sé si lo decía convencido, se le escapó, dijo lo que no quería o que pasó, pero los resultados los hemos visto. Con las declaraciones anteriores de Nación de Naciones o cosa similar, posiblemente pensó que eso atraería a los catalanes, pero me parece que si están contentos con los resultados pocas ambiciones tenían.

El descalabro del PP, no es tan extraño, pues en la misma reflexión citada anteriormente, Celedonio hacía ver que la gente confundía el Gobierno con el PP y la aplicación del 155 la hizo el Gobierno y lo hubiese tenido que hacer cualquier otro Gobierno hubiese sido del signo que fuese.

Como no es comentarista político, no quiere hacer otras valoraciones, pues hay otros que las hacen y mejor,  aunque sí que quiere recordar que en su reflexión del día 24 de abril y cuyo título era ¿Contagioso lo de Francia?  la reflexión terminaba en pseudo-poema así: Lo que en Francia son dos vueltas/ en España hay que hacerlo/ en una, a la primera,/ por eso yo me pregunto:/ si lo que pasó en Francia/resulta que es contagioso,/¿podría ser que ganase/ incluso por mayoría/ el joven Albert Rivera?

Hace dos días que fueron las elecciones. El futuro no está claro y esperemos que no sea necesario hacer otras que posiblemente tampoco dejarían despejado el problema.

Si  a las decisiones que ha tomado el mundo empresarial, no se les quiere dar ninguna importancia por parte de los dirigentes, y lo ven bien sus seguidores, no nos lamentemos si luego nos encontramos con algo completamente distinto de lo que actualmente tenemos.

El que avisa no es traidor. En los toros, al tercer aviso, el toro vuelve al corral.

Próximo tema: La Casa del Ingeniero

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