lunes, 25 de septiembre de 2017

¡Cuándo los años...ya pesan! (02)



(Escrito el 29 de diciembre 2016)
Como cada día que pasa, eres  más viejo y te falta menos para llegar a la meta, no es extraño que los pensamientos se acumulen y las reflexiones aumenten. Sólo hace falta saberlas exponer. En esto, con los años, también se va perdiendo técnica y facilidad.

Cuando oyes hablar a nuestros políticos, dándole tantas vueltas a problemas que son tan claros, no puedes por menos que plantearte ¿pero cómo se lo explicaría yo? Se sabe que la esperanza de vida es cada vez mayor, que las máquinas quitan puestos de trabajo, que las cotizaciones son más bajas cada día porque los salarios también lo son y ante los comentarios sobre las pensiones, te tienes que escuchar, supongo que para no alarmar, sus declaraciones: ¡no corren ningún riesgo! ¡Qué ingenuos! ¿Acaso no han llevado en su casa una mínima contabilidad en la que anotan los ingresos y los gastos?  Por los años que tengo, mi pensión no me preocupa mucho, ¿pero cómo no se van a preocupar todos los que vienen detrás?

En otros tiempos, y sobre todo en el medio rural, los abuelos se quedaban en la casa donde siempre estuvieron y aunque no había jubilaciones, se asumía que el que quedaba en la casa tenía la obligación de atenderlos. Aunque a veces no fuese muy equitativo ni justo, así estaba establecido y así se asumía.

En otras situaciones, los abuelos recorrían las casas de los hijos y podías escuchar: este mes me toca tener al abuelo o abuelos. Más adelante, cuando afortunadamente llegaron a implantarse las jubilaciones, muchos dejaron sus casas y se fueron para las Residencias y esto que ha resuelto muchas situaciones, al reflexionar sobre ello, no puedes por menos que preguntarte. ¿Habrá residencias asequibles para todos los que las necesiten?. Yo no sé si a los políticos se les habrá ocurrido este tema, a mí hace mucho que reflexiono sobre él.

Hubo una época en la que en los Medios de Comunicación se hablaba de Ciudades para mayores. Uno podía adquirir su vivienda en esa Ciudad y como estaba contemplada para estas situaciones, al llegar a tener todos los servicios, se podría pensar en que podría cubrir sus necesidades. No sé si llegó a ser una fantasía, una ilusión o un proyecto pero no he vuelto a tener más información de este tipo de Residencia- Ciudad.

Estamos viendo casos de personas mayores, que viven solas, que no les llega, que hay que apoyarlas, etc etc. ¿es que los Gobiernos no tendrían que preocuparse, que según sus jubilaciones pudiesen los ciudadanos ir a una Residencia que estuviese acorde con sus ingresos? Si repasamos, no ya todo el dinero apropiado por los casos de corrupción, sino todo el dinero invertido en obras sin ninguna rentabilidad ¿cuántas residencias se podrían haber hecho? ¿De cuántas maneras podrían ser explotadas estas? ¿No podrían resultar más económicas que muchas de las particulares que hay ahora?

Pienso que los Gobiernos, así como es su obligación la enseñanza de los niños y jóvenes, también tendría que tener programado la asistencia de las personas mayores, estudiando según los casos, sus aportaciones. No se si  a los del Pacto de Toledo, se les ha ocurrido pensar en estas cosas. Celedonio, ya hace muchos años que piensa en ello y desde luego, al escuchar que no peligran las pensiones, lo que sí es consciente de que no se quiere estudiar el problema en profundidad. Medios cree que los hay. Dineros derrochados los ha habido sin control y mejor destino podría haber sido este. Los que tienen que decidir estas cosas, quizá se sientan muy jóvenes, pero que piensen que también los años llegará un día que les pesarán.  

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viernes, 15 de septiembre de 2017

Pensando con frialdad



(Escrito el 30 de mayo 2017)
A Celedonio, le gustaría escribir la reflexión de hoy, con toda la frialdad posible, o si preferís mejor con toda la seriedad. En principio pensé en darle la forma de seudo-poema, pero no sería capaz de expresar mis sentimientos teniendo que buscarles cierta rima. El tema no es nuevo y algunas veces ya lo ha tocado de pasada.

Desde siempre y no sólo en España, el futbol y sobretodo determinados partidos se han convertido en verdaderas batallas campales y si no han llegado a más es porque la policía ha tenido que hacer despliegues pocas veces vistos. Si un partido de fútbol es una competición deportiva y como todas las competiciones se sabe de antemano que la mayor parte de las veces  uno tendrá que  ganar y el otro perder (se puede empatar), ¿qué motiva ese furor? ¿a eso se llama afición? ¿por qué tiene que intervenir la Policía?

Yo pienso que la Policía está y debe estar para otras cosas, pero no para poner paz en un jaleo anunciado. Si la rivalidad es tal que los asistentes llegan a las manos, los palos, etc. dejémosles que se maten si quieren. Es su problema. Si no saben comportarse como ciudadanos tratémosles como lo que representan: fieras, animales, etc. y si se matan, que se maten. Ellos se lo han buscado.

¿Qué hacer ante estas situaciones? Celedonio piensa, que la policía es indispensable, no ya por las agresiones que puede haber entre ellos, sino porque su furia se desencadene contra otros: mobiliario público, establecimientos, etc y los dejen destrozados. Si ese es el temor, la solución es fácil. Días antes de la competición, los Clubs tendrían que depositar una cuantiosa fianza en el juzgado o dónde corresponda y caso de haber daños a terceros , esa fianza tendría que servir para sufragar los gastos.

¿Y las contusiones que pueda haber? También tendrán que presentar un seguro o que se las arreglen como quieran, pero los Servicios Públicos de Sanidad no deben de estar para atender las contusiones que pueda haber allí. Están para prestar otro tipo de servicios.

La verdad es que en algunas situaciones, el deporte se ha llevado a una serie de barbarie tal, que tendrían que calificarlo de otra manera. Qué lejos están esas actuaciones a las que Celedonio recuerda, de la liguilla que se hacía entre los Veteranos de pueblos limítrofes y el Equipo Anfitrión invitaba a almorzar al Equipo de Fuera. Eso era deporte y amistad. Jugar, hacer ejercicio y sin percibir un duro, al contrario costándote dinero.

A los Policías, a lo mejor les gustaría tener la tarde libre para poder ver ese partido o hacer otras cosas. Si son horas extraordinarias, nuestros impuestos tampoco deben destinarse a esos conceptos. Si siempre se dice que el que la hace la paga, ahora es la ocasión de aplicarlo. Si son los seguidores de los Clubs los alborotadores y los que crean el problema, que los Clubs, tengan su propio sistema de seguridad, que lo paguen y que apechuguen con las consecuencias. Que la Policía Nacional, Autonómica o Local tenga que ser la que los controle, yo pienso que no debería ser así.

No sé si he sido capaz de escribir con la frialdad que se merece el tema, pero supongo que se me habrá entendido.


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domingo, 10 de septiembre de 2017

El miedo...guarda la viña



(Escrito el 30 de julio 2017)
En el pueblo de Celedonio, cuando las uvas estaban madurando, nos enviaban  sobre todo a los chicos y mujeres a cuidar la viña. Su presencia, hacía que los que pasaban cerca de ella y tuviesen la tentación de entrar a cogerse algún racimo, al verte por ahí,  no lo hiciesen. En general aunque podían pillarte la vuelta y como  se decía, te pillaban perro, esa presencia funcionaba. Se podría decir que “el miedo guardaba la viña”.

Hoy día las cosas no funcionan así y apreciamos que estamos muy lejos de ese temor a la ley, al respeto de lo ajeno y nada hace que le frene en sus intenciones. No estaría mal que la gente tuviese miedo a algo.

Cuando se está juzgando a una persona por un delito, nos han metido en la cabeza que es un “presunto…” y mientras  la justicia no lo condene no podemos atribuirle ningún otro calificativo.  Para Celedonio, la cosa no debía ser así. Cuando lo juzgan es porque se piensa que tiene una cierta culpabilidad. Lo que tendrá que demostrar es su inocencia. A no poder demostrarla es a lo que tenía que tener miedo.

 Hemos visto, leído u oído conductores que han hecho verdaderas monstruosidades. Ir a 200 kms/hora dentro de un túnel, circular durante mucho tiempo sin respetar la línea continua, ir por la carretera en dirección contraria, etc. La sanción ha sido económica, o a los sumo la retirada del carnet de conducir durante un tiempo. Para Celedonio antes de ponerse uno al volante debería tener miedo a otra cosa. La posibilidad de perder el carnet de conducir para toda la vida. Eso quizá le pudiese dar miedo.

Estamos viendo como a todos los corruptos no se les exige de inmediato la devolución de todo lo que han cogido, usurpado o robado. Aunque estén en la cárcel, hasta que el juicio les sale, pasan a veces años y tienen tiempo suficiente para blanquear, vender, poner a salvo, etc cuanto tienen. Al final, como nada tienen nada les pueden quitar. Salen y a vivir la vida. Tendrían miedo si se les hiciese devolver lo primero todo lo que cogieron sin ser suyo y como castigo tendrán que vivir el resto de su vida en peores condiciones de las que vivieron. Si durante toda su vida vivieron  en mansiones, tras el juicio vivirán en un 4º piso sin ascensor. Eso les podría dar miedo.

Hubo gente, que siempre fue trajeado, y con ese aspecto ninguna puerta se le cerró y fue capaz de cometer los mayores desaguisados. Tendría miedo, si supiese que tras la condena, su vestimenta sería el mono azul, y su trabajo acorde con él.

El 13 de septiembre de 2009, Celedonio publicaba en este Blog una reflexión sobre el sistema penitenciario. No es posible que a todos los delitos se les ponga por castigo la privación de libertad. Cada uno debería estar relacionado con su causa. ¿Tendrían miedo los violadores, si supiesen que como castigo se les podía llegar a cortar sus órganos genitales y exhibirlos colgados en la Plaza Mayor?

No sé si para estas cosas habría  que corregir el Código Penal, el Civil o cual, pero resulta sorprendente, que en los años 40 y 50 del siglo pasado, la presencia de un crío o una mujer cerca de la viña hiciese desistir de entrar a cogerse unos racimos y ahora todo el mundo puede campar a sus anchas, ser un presunto hasta que la sentencia sea firme y en una gran parte de los casos no se le hace nada, porque el caso ha prescrito.

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lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Cuánto podemos durar?



(Escrito el 11 de agosto 2017)
Desde siempre el ser humano
tuvo miedo a su final,
pues sabe que un día u otro
todo se va a terminar,
pero hoy, no hablo del día
que a todos nos va a llegar,
me refiero al temor
del desastre general.

Se habló del fin del mundo,
también del juicio final,
y ahora nos vaticinan
que el Colapso que se anuncia
cualquier día va a llegar.
Yo que tengo muchos años
la verdad, no me lo creo,
pues por mucho que se diga
eso no es un tema serio.

Lo que sí me acojona
y a mí me da mucho miedo
es  que ese Coreano
empiece a echarle  un pulso
al  lider Americano.
Empieza con un misil
que dice es para probar
y luego sigue con dos
con el fin de calcular.

El  Japonés le advierte
¡que ojo!, con empezar,
pues él está preparado
para hacerlos explotar,
y así empiezan las riñas
con insultos, poco más,
pero ¿quién me dice a mí?
¿que esto se puede frenar?

El Coreano es chulico
el Americano aún  más,
y el día que uno no duerma,
se levanta, piensa y dice:
¡que hoy, te vas a enterar!

Y si aprieta el botón,
el otro también le da,
y esto sí que puede ser
el  principio del final.

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