viernes, 27 de julio de 2012

Tirar de la manta

(Escrito el 25 de enero 2012)

Cuando crío, en nuestra casa,
ayudaba a devanar
las madejas que de lana
terminaban de lavar,
para después en ovillo
esa lana trabajar.

Al moverte y enredar
algo solía pasar:
que la lana se rompía
y esa punta se ocultaba
y tenían que buscar,
se paraba el devaneo
hasta poderla encontrar.

Si al romperse no lo anudas
te diré con gran respeto,
que en el ovillo tendrás
muchos cabos que están sueltos
y si eso lo remueves
te podrás ver en un lío
cuando quieras encontrar
el cabo que está perdido.

Es mucho más complicado
si al devanar el ovillo
mucha gente ha intervenido,
pues cada uno conoce
la parte que se rompió
pues él la había tenido.

No puedes culpar a uno
porque el ovillo enredó,
podrá decir que tu lana
contigo ya se rompió,
por eso con este lío
no le puedes criticar
y lo mejor puede ser
aguantarte y callar.

La vida es un conjunto,
de cosas que van pasando
unas veces son oscuras
otras veces tienen brillo,
y se van amontonando
como lana en el ovillo.

Con estos simples ejemplos
yo os quiero recordar
que hay gente que sabe mucho
pero tiene que callar,
si no quieres que a ti
te diga que los colores
te puede también sacar.

Y hay gente sinvergüenza
que parece una santa,
mientras no haya ninguno
que le tire de la manta.

Y por eso muchas cosas
quieren pasar al olvido
porque teme que haya otro
que pueda tirar del hilo.

Al principio encontrarás
un trozo que se ha partido
mas si devanas encima
aquel roto lo has perdido.
De ahí las amenazas
que todos hemos vivido
que nadie saca la cara
por aquel que está perdido.

Unos se tapan a otros
eso es lo que hemos oído
pues nadie quiere decir
que en devanar el ovillo
también él ha intervenido.

Mejor tirar el ovillo
por la ventana a la calle
que empezar a rebuscar
por ver si el cabo al fin sale.

Así se pasa la vida
con la lengua venga y dale,
y sigue en el poder
mucha gente que no vale,
pues otros lo taparán,
si se sabe la verdad
el que habla, también sale.


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viernes, 20 de julio de 2012

Así, no se hace la historia

(Escrito el 1 de julio 2010)

Algunas veces, hablando en tono coloquial, nos expresamos diciendo: “no me cuentes historias” o “ no me vengas con historias”, asociando estas expresiones a cosas sin importancia, cuentos, bulos, etc. Sin embargo cuando hablamos de temas de Historia, nos referimos siempre a hechos mucho mas serios y sensatos, aunque a veces pongamos en duda la veracidad de algunos de ellos, ya que hay que reconocer que los historiadores también se habrán encontrado con huecos que tienen que rellenar o suplir con sus opiniones y que a veces pueden llegar a ser tendenciosas.

Teniendo presente algunas de estas cosas, de las clases de Historia sabemos algo de los fenicios, los cartagineses, los Reinos de Taifas, Cristóbal Colón, las Cortes de Cádiz, de Napoleón, Alfonso XIII, Primo de Rivera, la República, el Franquismo, la Transición, etc. Enlazando cronológicamente unas cosas con otras, tendríamos mas o menos como ha sido nuestra historia.

Para dar mas veracidad a todo esto, la parte literal viene acompañada con restos y vestigios que se han venido encontrando a lo largo de excavaciones dirigidas, otras encontradas al azar, etc, pero siempre el hallazgo ha sido una constatación de los hechos y en ocasiones las podemos apreciar en museos, obras que se han conservado etc.

A todos nos ha gustado conocer toda esta evolución y lo que nos han dicho nos gustaría fuese lo mas veraz posible. Las generaciones venideras estudiarán nuestro momento en su día, por lo que para que conozcan la verdadera realidad habrá que dejar constatado lo que hemos estado haciendo.

En los últimos 70 años hemos vivido una etapa dictatorial, una transición y una época democrática y todo lo sucedido, nos guste o no, forma y formará parte de nuestra historia. No es posible enjuiciar los hechos bajo el mismo punto de vista, pues distintas fueron las situaciones, pero si eso fue lo real, para la verdadera historia las dos versiones son las que contarán y las que hay que dar a conocer y dejar constancia.

Parece ser que una parte de la Historia se quiere borrar, intentando además de no hablar de ella, no dejar vestigio alguno. Eso no es hacer historia. En Madrid, capital de España, hay nombres de Plazas, calles, estatuas, etc. que según nos cuenta la historia fueron personas que poco positivo aportaron a la convivencia, justicia social, etc y sin embargo se mantienen.

Las personas debemos aceptar los cambios por convencimiento y por los hechos, no porque nos lo digan. Si hay motivos suficientes para una evaluación positiva no hay por qué avergonzarnos de que en otras circunstancias se vivieron otros hechos. Es como querer ocultar nuestra procedencia.

Si a nuestros hijos no les hablamos de una forma imparcial, nunca podrán tener una visión real de las cosas. Si no dejamos vestigios, ni restos de una parte de nuestra historia, los historiadores del futuro tendrán que llenar los huecos con sus opiniones y dentro de muchos años, lo que se cuente no será la verdadera historia.

Sin dejarnos llevar por la pasión, pienso que debemos hacer una buena historia. Las cosas que se hicieron mal y que hay testimonio de ello, son el mejor ejemplo para sacar conclusiones aleccionadoras de ellas y deberían permanecer.

Seamos sensatos con la Historia. No la vulgaricemos hasta confundirla con: “no me vengas con historias”.

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viernes, 13 de julio de 2012

Una gente sencilla

(Escrito el 29 abril 2011)

Hoy se ha casado el Príncipe Alberto de Inglaterra y tengo que decir que no he seguido la boda por la Televisión. Ocasión habrá de ver imágenes durante muchos días, escuchar a muchos tertulianos y ver las portadas de las revistas sobre el tema.

Me parece bien que los jóvenes formen un hogar y que la realeza se vaya un poco popularizando y no se quede todo entre unas pocas familias. Que la clase media suba a las mas altas representaciones del Estado es una cosa que está muy bien.

Lo que no estoy muy de acuerdo es con las expresiones de esos admiradores/as, que al referirse a estas y otras parejas, manifiestan que son “gente sencilla”, pues para mí sencillo es aquel que pasa inadvertido.

Los protocolos serán así, pero para mí se salen de tono. Se sale de tono cuando se programa paralizar al país y para que no haya excusa de que no han podido ir a verlo se declara ese día fiesta.

No pretendo preguntar si los gastos de la boda los pagaron los familiares de los contrayentes o fue a cargo del erario público, pues en ambos casos me parecen desmesurados.

No puedo comprender como hay gente que dice que estuvo tres días en primera línea esperando el paso de esa pareja tan sencilla, sin ser medios de comunicación, fotógrafos, etc, que buscan poder vender bien después la noticia.

Me gustaría saber el montante al que ascendió todas las medidas de seguridad que hubo que cubrir para que todo resultase como estaba previsto.

Me hace gracia escuchar los comentarios sobre los modelitos que llevaban los invitados y que también eran muy sencillos.

Poco se ha comentado del coste que supuso a muchos erarios públicos los transportes de las distintas representaciones, ya que gran parte de ellos tampoco lo pagarían de sus bolsillos.

Me hace gracia escuchar de que esos vestidos que lucieron los invitados en esa ceremonia ya no se los podrán poner para otros actos, pues estaría mal visto.

Para mí, persona llana es la que se asemeja a una mayoría y pasa desapercibido entre ella. La mayor parte de la gente, nos lavamos la camisa o llevamos el traje a la tintorería cuando hace falta, pero nos lo volvemos a poner. Los que no hacen eso, perdonar, pero no es gente sencilla.

La mayor parte de Europa está sufriendo una crisis económica, que está afectando a muchas familias. Los dirigentes tendrían que ser los primeros en dar ejemplo y compartir el sentimiento de todos aquellos que se les ha recortado sus ingresos y de los que los han dejado a CERO.

Lo tratado hoy aquí y teniendo como motor de arranque el enlace de esta distinguida pareja, lo hago extensivo a otras muchas situaciones similares, donde el lujo, los gastos y otras ostentaciones, no son nada ejemplarizantes para una sociedad que tiene que apretarse el cinturón.

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lunes, 9 de julio de 2012

¿ Pagará Europa factura ?

(Escrito el 25 enero 2012)

No pretendo ser profeta,
tampoco historiador,
incluso no sé si soy
ni tan siquiera un lector.
Sólo tengo muchos años
y con el paso de ellos
aunque no seas experto
eres algo observador,
para otros puedo ser
simplemente soñador.

Sin ser experto en nada
sin gustarme la lectura,
siempre dijeron de Europa
que en ella estuvo presente
una muy grande cultura.

Fueron cultos los romanos,
no olvidemos a los griegos
que se mezclaron con otros:
con los celtas, los iberos.

Ella tuvo grandes hombres
que gobernaron imperios,
que lucharon, que vencieron,
que a grandes pueblos y tribus
simplemente sometieron.

Ese ansia de expansión
la tuvo como ninguno,
y así llegó a descubrir
América, el nuevo mundo.

También iría por Asia
por Africa y Filipinas,
al ser el mundo redondo
no encontraba nunca esquinas.

Pero, ¿qué fue a hacer allí,
por dónde tierra pisaba?
a conquistar y vencer,
lo que encontraba asolaba.

Ella es la que mandaba
solamente ella sabía,
pocas cosas respetó
de aquello que descubría.

A unos, les llamó indios
sin decirles su intención,
tenían que convertirse
a una nueva religión.

Sólo valía su oro
sus cultivos, sus riquezas,
para poder explotarlas
inventan aun más pobreza.

Tenía conocimiento
de los bárbaros y eslavos,
pero quería aun más,
a los hombres hizo esclavos.
Explotaría a estos hombres
con ellos comerciaría
en barcos grandes repletos
los llevaba y los traía.

¿Y qué hizo con sus tierras,
y con las minas que había?
llevarse esas riquezas,
tenía que contentar
a su abundante nobleza.

Nada se hizo por formarlos,
ni tampoco organizar,
y así te encuentras hoy día
que después de muchos siglos
ellos tienen que empezar,
y se mira con desprecio
al ver lo pobres que están.

Si los hubiesen dejado
¿estarían aun igual?
es cosa que no sabemos
pero si que estoy seguro
que el trato que tú les diste
no fue una cosa ejemplar.

Por eso, a veces pienso,
si no fue eso una locura,
si llaman a pasar cuentas
la Europa que conocemos
¿tendrá que pagar factura?


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