domingo, 31 de octubre de 2010

El coto escolar (continuación)

(Escrito el 10 noviembre 1999)

Ahora, el ecologista,
sólo hace criticar,
y a cualquier cosa que se haga
seguro que se opondrá.

Hace unos meses la prensa
nos daba la información,
lo que ocupaban las obras
de ese tercer cinturón;
publicaban el trazado,
por donde lo iban a echar,
y hablaban de los pinos
que en el Parque y el Cabezo
se tendrían que cortar.

Ante esto ¡madre mía!
menuda la que se armó,
cortar árboles que había
eso no tiene razón;
luego, alguien escribió,
aunque la idea de corta
él tampoco compartía,
aquellos pinos de edad,
mas de cincuenta tenían.

Se plantaron hace años,
cuando la vida era dura,
puede que sean del tiempo
de aquella Dictadura,
y no era de la última,
sino de otra primera
de cuando era el Jefe
Miguel Primo de Rivera.

¿Y sabéis lo que decía,
cómo ellos los plantaron?
fue a prestación personal
y por ello, no cobraron;
ahora todo se exige
que lo hagan, que no corten,
mas nadie hay voluntario
para que otros se planten.

¿Por qué los ecologistas
no van a solicitar,
cada año cien mil plantas
para poderlas plantar?

Prediquemos con ejemplos
si tú quieres que te crean,
de lo contrario no pienses
que muchos adeptos tengan,
y por lo menos a mí
con chorradas que no vengan.

Próximo tema: “Las medidas del recorte”

domingo, 24 de octubre de 2010

El Coto Escolar (1)

(Escrito el 10 noviembre 1999)


Allá en los años cuarenta,
de los que tanto hay que hablar,
en la escuela de mi pueblo
teníamos “Coto Escolar”,
cercado con alambrada,
y tan sólo por la puerta,
se podía allí entrar.

Yo, ya iría a la escuela
cuando se empezó a formar,
pues recuerdo que mi padre
dos estacas de chinipro
para clavar el alambre
él tendría que llevar.

¿Qué se hacía con el Coto?
yo creo que era enseñar,
allí íbamos los críos
a plantar y a sembrar,
todo tipo de hortalizas
que se pueden allí dar.

¿Qué fines tenía esto?
no me atrevo yo a juzgar,
pero sí que era bonito
el verte participar,
y el gusano las patatas
en un bote los metías
para luego a él matar.

¿Qué se hacía con aquello?
¿sería para el maestro?
¿o sería para dar?
el destino no recuerdo,
ni lo quiero investigar,
pues creo que incluso había
una cartilla escolar.

Si traigo yo esto a cuento,
es para reflexionar:
ver lo que antes hacíamos
y con esto que hay ahora
el poderlo comparar.

Los padres participaban,
en hacerlo y en labrar,
y los chicos lo cuidaban,
¿era forma de enseñar?
en las tardes de los jueves
allí se iba a trabajar.

Ahora hay muchos medios,
¿pero que haces con ellos?
¿emplearlos, malgastar?
¿o acaso lo que hacemos
es sólo reivindicar?.

A mi chico que no toquen,
que no le hagan trabajar,
podría quedar fustrado,
el trabajar en equipo
es lo más moderno que hay,
pues entonces este equipo
bien formado estaba ya.


Próximo tema: “ El coto escolar” (continuación)

domingo, 17 de octubre de 2010

¡ Al tranvía !


(Escrito el 12 septiembre 2010)

No quiero que nadie piense
que le tengo yo manía,
pues cuando era ya joven
en ciudad de Zaragoza
muchos tranvías había.

Estaban por todas partes
yo diría que un montón,
a las Delicias, al Parque,
Casablanca, el Portazgo,
a Torrero, la Academia,
y hasta el del Bajo Aragón.

Nadie pensó en reformarlos,
se optó por Trolebús,
como éste era un incordio
tan sólo quedó un medio,
que sería el Autobús.

Los Autobuses antiguos
muy pronto los remozaron,
y ahora podemos decir
que la flota de Autobuses,
con uno o con dos cuerpos
muy modernos se quedaron.

Pero mira tú por dónde,
cuando todo el transporte
es rápido cual una bala,
el Cabildo se plantea
que los pobres autobuses
tienen que ir ¡a cascarla!

¡Fuera ruidos, fuera gases!
esta consigna daría,
para llevar a la gente
no hay medio mas eficaz
que lo de antes: ¡el tranvía!

Hay diversas opiniones,
cada cual a una se apunta,
mas el Cabildo insiste:
construiré una línea
que vaya ¡de punta a punta!

Nos mearemos de gusto,
no es un tranvía cualquiera
pues será como una joya,
“arranque en Valdespartera”
y el final : “Parque de Goya”.

Así empiezan las obras
sin treguas, ni más avisos,
dejando para cruzar
sólo el espacio preciso.

El comercio está que trina,
se va formando un gran cisco,
los árboles desaparecen
como claro ha sido el caso
de Plaza de San Francisco.

Se cierra gasolinera,
y hay que hacer malabares,
si piensas cruzar la calle,
o si quieres tú entrar
en casas, comercios o bares.

Lo que cuesta, ¡qué más da!
es un gasto del momento,
al igual que otras obras,
pasará a engrosar la deuda
que tiene el Ayuntamiento.

Nadie podrá protestar,
te dirán: ¡ya se sabía!
ya veremos lo que pasa
en gran parte La Gran Vía,
al coincidir las mudanzas,
los Bomberos, Autobús,
Ambulancia y el tranvía.

Pero a lo mejor con esto
se tiene otra visión:
no se cortará el Paseo
por cosas sin importancia
pues no es esa su función.

No habrá conciertos en fiestas,
tampoco concentración,
ni carreras, ni patines,
ni aquello que pueda oler
a sana manifestación.

Todas las cosas que surjan
el Cabildo estudiará,
pero creo que al de “a pie”
la obrita del tranvía
aunque quede muy bonita,
seguro, le joderá,
aunque si anda mucho más,
quizá le digan que así
su salud mejorará.

Próximo tema: “El coto escolar”

domingo, 10 de octubre de 2010

Por si acaso.... ¡ no se caiga !


(Escrito en enero de 2010)


En el pueblo de Celedonio, en los años 40, los jueves por la tarde no se iba a la Escuela. Con el maestro, se “iba de paseo”.

Un día, fueron todos hasta un barranco dónde había un gran pozo a cuyo costado hay una inmensa mole de piedra. En verano, los que se querían bañar se iban a aquella poza y resbalando por la piedra caían al agua. Sería el principio del trampolín. En el pueblo de Celedonio “Peña esturruzadera”.

El maestro seguro que les explicaría dónde nacen los barrancos, que es el caudal, el riesgo de bañarse en esos pozos, etc. Los chicos de vez en cuando seguro que tirarían alguna piedra al agua. Cuando ya había terminado la clase didáctica, y todos ellos estaban en silencio, el maestro preguntó: si me cayese yo al pozo, ¿os arrojaríais para sacarme? Uno de los chicos, posiblemente al que más castigaría el maestro por ser el mas trasto o travieso, todo sereno le contestó: ¡ por si acaso no se caiga !

Supongo que el maestro analizaría la respuesta y pensaría que aunque fuese el maestro, alguno no le tenía demasiada simpatía. Eso no quiere decir que si se hubiese caído, todos los que sabían nadar le hubiesen ayudado.

Actualmente, nuestros políticos y dirigentes se creen estar en posesión de la verdad y sus opiniones y actos consideran que son aprobados por los que les votaron o los que creen ser sus seguidores o simpatizantes.

El Gobierno piensa que todo lo hace bien, por lo que no admite ninguna sugerencia. Como con los resultados de las últimas elecciones pudo llegar a mandar, la gente le seguirá votando. Siempre cree estar en posesión de la verdad.

La Oposición, cree que con sólo criticar y decir que el Gobierno lo está haciendo mal, ya tiene el triunfo asegurado en la próxima contienda electoral. No se da cuenta que no aporta soluciones concretas a cada uno de los problemas. Tendrá que pensar que si le quiere dar la vuelta a la tortilla tiene que enseñar el fondo de la sartén.

Los Grupos minoritarios están tranquilos, pues saben que hagan lo que hagan, seguramente el que saque más votos les llamará para ayudarle a formar una mayoría estable. Su actuación diaria depende de dónde sopla el aire por lo que mucha veces igual les da “arre” que “so”.

Mientras tanto, el ciudadano de a pie, tiene que aguantar cada día el espectáculo que dan todos nuestros representantes. Su forma de actuar se parece a la clásica contestación de los críos cuando uno te insultaba: “ y tú mas”.

Piensan que el ciudadano tiene una capacidad de aguante infinita y por ello ni intentan buscar la solución a los problemas, ni aclarar las situaciones que se presentan y que a todos nos da vergüenza verlas y/o escucharlas.

Aunque sean contestaciones de los años 40, no estaría por demás recordar lo que aquella tarde de jueves, un alumno le decía a su maestro. Ahora te pueden responder otra, que podría ser: “por si acaso no te fíes” y también “ eso que dices, no te lo crees ni tú”.


Próximo tema: “Al tranvía”

domingo, 3 de octubre de 2010

Penumbra, sombra y oscuridad


(Escrito 8 de junio 2007)

Trabajar es necesario,
yo lo veo muy normal,
pues poder vivir de rentas
es cosa excepcional;
y en hablando del trabajo,
unos dicen les va bien
y otros hablarán que mal.

Si hablara mal del que tengo,
sería barbaridad,
mas la verdad, que querría,
que en el trabajo que hacemos,
hubiese más claridad.

Hace años que escribí
sobre un gallego en Madrid,
y lo que debía de hacer
el hijo con quien vivía,
cuando llegase a morir;
la moraleja de ello
muy fácil era de ver,
si explicaciones no había,
pensaba como el gallego,
que las reformas se hacen
simplemente por “joder ”.

Recordando aquellos tiempos
se deduce que el “sistema”
con pocas luces alumbra,
para expresarme mejor,
se podría bien decir
que se estaba en penumbra.

Se hicieron nuevas reformas,
se estrujaron el “testuz”,
pero amigos reformistas,
la penumbra aumentó,
porque nadie vio la luz;
y ahora, podemos decir,
medio en serio, medio en broma,
que la penumbra pasó,
a convertirse en la sombra.

Pero a esta sombra, no temo,
pues lo hecho, hecho está,
lo que temo es el futuro
que pronto nos va a llegar.

Podéis estar bien seguros,
que sin pedir opiniones,
nuevas reformas habrá,
y en mi bola de cristal,
esta penumbra, esta sombra,
¡ lo veo con claridad ¡
llegarán a convertirse
en completa oscuridad.

Próximo tema: “ Por si acaso ¡ nos se caiga!”