domingo, 26 de abril de 2009

SITUACIONES ACTUALES

Ante todo, que quede claro, que no añoro, ni deseo volver a lo de antes, pero a Celedonio le vienen a la mente una serie de situaciones sobre las que habría que reflexionar.

El trueque de productos ya no se hace. Parece que todos estamos obligados a tener de todo, y el que no tenga, se tendrá que aguantar. En el campo se ha estimulado y pagado por no producir. Cuando hay abundancia de algo, se destruye para que no baje el precio, mientras en otros sitios, hoy en el siglo XXI, la gente se muere de hambre y nos permitimos decir que somos solidarios.

Se compra sin ver la mercancía. Sobre un plano que te enseñan, te ofrecen algo que no se conoce ni donde estará ubicado y hasta te pueden ofrecer comprar acciones de una sociedad que luego te enteras que ni existió.

Los que estafan, los que roban a espuertas o se benefician de lo que no es suyo, a veces son condenados, pero no a devolver lo que se llevaron. Con unos años de reclusión, el que los cumple, es suficiente. A otros ni se les detiene, ni juzga. El dinero apropiado nunca lo devuelven, incluso después hasta se les protege.

Algunos que tienen un cargo público, parece que la mejor forma de expresarlo es a base de exigir mejor coche que el que tenían, comer en sitios no accesibles para el público normal, montarse un despacho con muebles caros, vestir elegantemente y de paso asegurarse un porvenir para el día de mañana.

El valor de la palabra es nulo y muchas veces hasta la ley no sirve para nada. Si las leyes están tan bien hechas y tan claras y las sentencias son tan justas y firmes, ¿por qué se ganan muchas cuando se recurren?

Al coche de línea (ahora llamado autobús), no sólo le han quitado el cobrador, sino que el chofer tiene que cobrar y además le han empalmado otro coche detrás, o le ponen dos pisos y las maletas para el viajero.

¿Cuántos cobradores llevará el tranvía? Seguro que menos que el de antes.

Existen los trenes de alta velocidad, pero las estaciones de los pueblos están abandonadas. Es una gozada ir en AVE, pero desaparecieron los trenes de precios más módicos.

Las empresas de servicios ya no te van a cobrar a casa la luz, el teléfono, etc. pues los gastos te los cargan en tu cuenta. Cuando te facturan más de lo debido ya puedes armarte de paciencia y a veces, reclamar al maestro armero.

Los bancos, además de pagar cada vez menos por tu dinero, a veces tienes que pagar por tener la cuenta abierta. Ya no te estimulan a ahorrar, pues poco te dan por tus ahorros. Lo lógico ahora es pedirles dinero al interés que digan ellos y tú ahogarte con los pagos mensuales, para como dicen mover la economía y crear puestos de trabajo.

En los balances anuales que presentan, ganan dineros a montón, sin embargo al personal lo jubilan con poco más de 50 años, medida que tampoco se critica.

Hay empresas que están en crisis, pidieron ayudas a los Gobiernos y cierran, pero algunos de sus ejecutivos se llevan montones de dinero, porque según ellos lo tenían pactado.

Lo de que el brazo no hay que estirarlo más que la manga, ni se escucha, ni se conoce, ni se recomienda. Hoy día, parece que lo más propio es tener por lo menos un buen chalet, un BMW, una querida e ir al menos dos veces al año al Caribe. El que no lo hace parece que es “gilipollas”.

El tema de la Urbanidad está superado y si no fíjate en las pintadas por las paredes, eso dicen que es arte. Las mierdas de los perros por las calles podría considerarse ecología y los contenedores de la basura tirados o quemados y los espejos de los coches rotos, eso son chiquilladas.

Que haya que hacer una Selectividad para entrar en la Universidad, eso es atentar contra el derecho del estudiante. Exigir que los jóvenes tienen que esforzarse y estudiar más, es explotación de menores.

Etc.

Perdonad, ¡ pero hay cosas que no entiendo !

domingo, 19 de abril de 2009

Recuerdos lejanos.

Por los años 40 y 50, era habitual en muchos pueblos el “trueque” de productos, y así judías secas se cambiaban por aceite, patatas por vino, etc. También había otros muchos servicios que se pagaban con jornales. Muchas obras se hacían entre todos los vecinos; era lo que se llamaba “ir de vecinal”. La mano de obra pagaba otras prestaciones. En definitiva, el dinero corría poco.

Cuando se iba a las ferias de ganado, se pagaba a “toca teja”. En la faja se escondía la caja fuerte. La mercancía la veías y se cerraba la operación.

Podría haber picaresca, regateos, etc., pero no existían contratos, ni escritos, ni firmados y los malos entendidos eran escasos. La palabra, era la palabra. Dar la conformidad dos personas con un apretón de manos, tenía tanto valor como hoy la firma ante el notario.

En otros aspectos y en épocas mucho más recientes, recuerdo que el coche de línea (entonces no se le llamaba autobús), tenía chofer y cobrador. Éste, además de cobrarte el billete y pagar según el trayecto a recorrer, se hacía cargo de las maletas y bultos, que tendría que cargar en la baca del coche, que a veces se compartía con viajeros sentados sobre unos bancos de madera.

En el tranvía, en cada coche iba su cobrador.

El viaje por ferrocarril era entretenido, sobre todo cuando viajabas en los trenes correo. Paraban en todas las estaciones, donde salía el Jefe de Estación con su gorra y su bandera. También paraba en los llamados apeaderos, donde no existía Jefe de Estación.

La contribución había que ir a pagarla al Ayuntamiento el día que pregonaban que venía el recaudador, pero también te iban a casa a cobrar el recibo de la luz y supongo que el del teléfono el que lo tuviese.

Los padres y la sociedad en general, te estimulaba dentro de las posibilidades de cada uno al ahorro. Con los ahorros, te abrías una libreta en el Banco o Caja. Por tener esas perrillas allí te daban un interés, y el Banco prestaba ese dinero a otros que tenían y/o hacían negocios más grandes. Esos ahorrillos venían bien para cuando los necesitases: para la entrada del piso, para casarse, para pagar al médico, para cuando ya no trabajabas, para dejárselo a los hijos y otros a lo mejor para enterrarse. En definitiva, entre muchos pocos, se hacía un mucho y el Banco gestionaba tus ahorros.

Hasta no hace mucho, cada semana, quincena o mes, según se cobrase, los trabajadores recibíamos en mano el sobre y tras abrirlo y contarlo, hasta te ponías contento y pensabas: con esto habrá que pasar y tendría que quedar algo.

Sin duda, eras consciente de que el brazo no lo podías estirar más que la manga. No hablemos de otros temas como el de la educación, donde en la Enciclopedia más simple había un tratado de Urbanidad y había una Reválida en Cuarto de Bachiller, otra en Sexto y un Curso Preuniver-sitario.

Así podríamos seguir narrando, para muchos historias y para otros recuerdos. Todo esto era antes. No era una época idílica a la que desearíamos volver, pero sí que parecía que algunas cosas tenían un cierto sentido común. Pero ¿qué pasa ahora............? En el próximo artículo hablaremos algo de ello.

sábado, 11 de abril de 2009

Manuel Azaña y el Baile de los Ministros

Según he leído, se atribuye a D. Manuel Azaña, político de los años 30, la frase: “ Si los españoles hablásemos sólo de lo que sabemos, habría un gran silencio, que podría aprovecharse para el estudio”

Como no lo conocí, ni viví esa época, no puedo juzgar lo acertado o no de la frase. Lo que sí me atrevo a decir, que algunos de los que tanto hablan en los medios de comunicación hoy día, harían un gran favor a los ciudadanos si en vez de hablar en algunas “tertulias”, se callasen. He oído hablar a tertulianos, de temas que yo creo que conozco y la verdad es, que como vulgarmente decimos, no tenían sobre ese tema “ni zorra idea”.

Antes, los políticos que eran menos y los veías mucho mas distantes, te parecía entender que eran personas de una gran capacidad para desarrollar el cargo que ostentaban. Hoy, que los políticos son mucho más abundantes, los medios de comunicación los acercan y como hay tantos, alguno conoces muy de cerca, no deja de sorprendente y poner en duda, si el cargo le viene o no grande. ¿Qué hacía antes de acceder al puesto......? ¿Qué cualidades le veías....? Y que conste que nunca los he envidiado.

Esa capacidad de desarrollar puestos tan diferentes siempre me ha impresionado y por ello el 6 de mayo de 1980, ante un cambio de Gobierno, no pude por menos, que escribir:


EL BAILE DE LOS MINISTROS

¿Piensas tú que eres inútil
cuando observas estos cambios,
y te plantan en la Tele
a esos hombres tan sabios?

¿O acaso pensando un poco
ves muy pronto y al momento,
que todo lo que allí hacen
es un triste y puro cuento?

¿Cómo es posible que hoy
cuando uno vaya al tajo,
se encuentra que le han nombrado
de Ministro de Trabajo?

¿Cómo explicar a este pueblo
y a todo el alrededor
que vale pa Obras Públicas,
si siempre estuvo él
en el que era Interior?

¿Cómo poder ser tan listo
y tener tan gran astucia
si de Ministro Cultura
le pasan al de Justicia?

Si sabe de Autonomías
y en esto nadie lo duda,
¿cómo le cambian al poco
a Ministro de Cultura?

¿Tan poca importancia tiene
la formación del Ministro?
¡no dirás que en cualquier cosa
ese hombre es muy listo!

La verdad que me sorprende
este frecuente trasvase,
y hasta me hace dudar
si todos estos arreglos
tienen fundada su base.

La decisión de " quédate "
o que te digan " tú vete "
se mide por la valía
¿o porque eres amiguete?

Siempre pensé que pa esto
habría más seriedad
pero veo que no es así
y lo siento de verdad.

Mas si esto sigue así,
y pa eso cualquiera vale
me viene a la cabeza:
¡que quizá en potencia soy
acaso yo ministrable!

6 mayo de 1.980

P.D. El tema sigue siendo actual.

domingo, 5 de abril de 2009

LOS TREPAS

Posiblemente, alguien piense, que en la presentación del Blog, tendría que haber comentado cómo se iba a desarrollar. No fue así. En principio, tengo previsto una aportación más o menos semanal. Como tengo muchos escritos en forma de seudo-cuartetas y seudo-poemas, muchos de ellos con cierto espíritu crítico, los pensaba intercalar o combinar con los artículos. Como observación a los mismos, decir que todos llevan la fecha en que se escribieron, por lo que al juzgarlos debe tenerse presente.

Hoy, os incluyo :


LOS TREPAS


Aunque ellos disimulan
y quieren que no lo sepas,
enseguida te percatas
que el que tienes tú delante,
es un simple y vulgar trepa.

Pretenden simpatizar,
y cualquier tema dominan,
y todo lo que tú has hecho
siempre lo han de corregir,
o que entre lo tuyo y lo suyo
un abismo ha de existir.

Ellos nunca se definen
si apoyan a éste o aquel,
y una cosa está segura
que nada dejan escrito
ni te llenan un papel.
A ellos, el bla,bla,bla,
es lo que mejor les va
pues así, quien no los oye,
nunca los puede juzgar.

Trabajadores, muy poco,
muy vagos, la mayoría,
mala leche a montones,
y si les llega el caso,
igual te echan soga al cuello
que te dan en los cojones.

Ideas, tienen muy pocas,
la sumisión con el Jefe
yo diría que es total,
es el corre ve y dile,
como problemas no crea
le viene fenomenal.

Y como él no hace nada
y parado no va estar,
se mueve y se deja ver
y siempre de aquí p’allá.
Nada dice, pero escucha,
y según el tema oído
él pronto lo contará
al que crea le interesa
y le puede mejorar,
y cuando cambien de Jefe
con el otro, él se irá,
y siendo amigo de dos,
él ya nunca bajará.

Y así podría yo hablar
de estos grandes trepadores,
que aunque los ves a diario,
sobre todo ellos destacan
al pasar las elecciones;
yo no sé, si se organizan,
o están ellos colegiados,
pero esta gente se extiende
y los ves por todos lados.

Y ante esto, ¿qué hacer?
esta plaga, es buena ¿o mala?
a mí me importan tres pitos,
y te digo fríamente:
¡que se vayan a cascarla!

9 de septiembre de 1.999